Os invito a leerlo y reflexionar sobre la necesidad de una formación en este ámbito.
Bárbara Viader Vidal es terapeuta ocupacional y experta en integración sensorial, una terapia dirigida a niños de hasta 12-14 años con problemas de aprendizaje, conducta o atención, relacionados con una mala gestión de los estímulos y su integración adecuada en el cerebro.
Viader, que creó el Centro de Estimulación Infantil de Barcelona (CEIB) hace 7 años, dará hoy una charla en el Civivox Iturrama, a las 19 horas, invitada por la Asociación de Familias Adoptantes de Navarra (AFADENA), dentro de un ciclo de charlas sobre adopción.
¿Qué es la integración sensorial?
La capacidad neurológica para registrar y procesar la información sensorial que recibimos de nuestro cuerpo y del entorno y generar una respuesta adaptada.
La terapia de integración sensorial es una reorganización neurológica. No se trata de estimular el cerebro, sino de lograr que funcione de forma óptima, que aprenda a procesar e interpretar de forma adecuada la información que recibe del entorno y de su cuerpo a través de los ojos, los oídos, la piel, el movimiento... El cerebro se nutre totalmente de esa información y puede aprender más rápidamente, puede moverse mejor y está mucho más organizado. Se logra un nivel de alerta óptimo y un nivel de actividad cerebral adecuado.
¿Qué técnicas se utilizan?
Mediante el juego, principal ocupación de los niños. La hacemos terapeutas ocupacionales formados para ello. A través del juego se va siguiendo lo que llamamos motivación interna del niño, de modo que esté totalmente predispuesto neurológicamente para generar las respuestas adaptadas que le permiten aprender.
¿Para qué es útil o beneficiosa?
Se diseñó inicialmente para niños con dificultades de aprendizaje y/o coordinación motriz, alteraciones de conducta, reacciones emocionales desorganizadas y niños muy movidos y con dificultades de concentración. Más adelante empezó a verse el beneficio en autismo, parálisis cerebral, etc.
¿Y en caso de niños adoptados?
Cuando hay retrasos madurativos, dificultades de coordinación motriz, lenguaje o aprendizaje, hiperactividad, déficit de atención, desorganización conductual, inmadurez emocional.
Habla de "deprivación sensorial".
El cerebro aprende a procesar la información que recibe a través de un entrenamiento mediante el juego en los primeros años de vida. Si el cerebro no puede jugar, experimentar, recibir sensaciones (situación típica en un orfanato), hablamos de "deprivación sensorial". Ahí el cerebro no puede desarrollarse en su plenitud porque no recibe toda la información sensorial que necesita.
Ponga algunos ejemplos.
Niños que se desorganizan conductual y emocionalmente ante cualquier cambio, ante situaciones cotidianas (ir al colegio, a una fiesta de cumpleaños, a la piscina...). A menudo reciben la etiqueta de hiperactivos, mal educados o agresivos. Se les medica, sin tener en cuenta que el problema se puede corregir ayudando al cerebro del niño a procesar de forma adecuada la información que recibe. De esa forma el niño se organiza, está más tranquilo y atento. Muchos niños que empiezan la terapia con medicación terminan a los dos años sin necesidad de tomarla. Otros que empiezan la terapia con una descoordinación motriz severa enseguida mejoran el dibujo, la letra, el salto, andar en bici... También tenemos muchos niños con dificultades de aprendizaje y unos potenciales cognitivos excelentes. A menudo no pueden concentrarse porque son hipersensibles a los estímulos, o al revés y es el bajo registro el que les conlleva una búsqueda continua de estímulos que les impide estar atentos. Con la terapia de integración mejoran el rendimiento en lectura, escritura y matemáticas.
¿A qué edad conviene empezar?
Lo antes posible. Generalmente empiezan entre los 3 y 4 años, pero se puede ya siendo bebés. El problema es que no se detectan dificultades hasta los 5 o 6 años o más tarde y el niño ya tiene una conducta muy desorganizada o una descoordinación motriz que le separa mucho de las habilidades de sus compañeros, o dificultades de aprendizaje significativas, o un déficit de atención que no le permite aprender. Se aplica hasta los 12 o los 14 años.
¿Hay casos que se resisten?
Si se trata de una disfunción en el procesamiento sensorial, los resultados siempre son sorprendentes y efectivos. Si es otro tipo de alteración a la que se añaden los problemas de integración sensorial, entonces las mejorías pueden ser más lentas.
Creo que estas terapias todavía no están en el sistema público.
Cierto. En el País Vasco ya se están introduciendo en el campo educativo. Todo llegará, seguro.
No sé si se detecta hoy a más niños con dificultades de aprendizaje y madurez por fallos educativos de los adultos, por los estímulos equívocos y exagerados de la TV, Internet, videojuegos...
Si hablamos de entrenar el cerebro a través del juego y de la experimentación con el entorno, el cuerpo..., manipular con las manos, todo lo relacionado con televisión, Internet, videojuegos, está derivando en una "deprivación sensorial". Son herramientas que pueden ser positivas, pero se está llegando a un extremo en el cual los niños ya no tienen creatividad ni imaginación, no saben jugar, no desarrollan buenas habilidades de coordinación bilateral (esenciales para la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales). Estas tecnologías se están convirtiendo en la herramienta educativa por excelencia. Por lo tanto, la respuesta es un clarísimo sí, cada vez hay más niños con dificultades de aprendizaje, de atención, de conducta, de socialización.
Hola guapa, tienes otro premio en mi blog, pasa a recogerlo cuando quieras http://blogdelosmaestrosdeaudicionylenguaje.blogspot.com/2009/05/premio-amor-por-educar.html
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Eugenia y enhorabuena por tu trabajo.
ResponderEliminarJuana